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La legendaria Cantante Guadalupe Victoria Yolí Raymond “La Lupe”

Un 28 de febrero del año 1992 falleció Nueva York La Reina del Latin Soul y del boogaloo «La Yiyiyi».

Mientras Curro asustaba a los niños en la Cartuja de Sevilla, fallecía con 52 años, en la miseria, Guadalupe Victoria Yolí Raymond, una vecina hispana del Bronx de Nueva York.

Unos años antes se había matriculado en la universidad para poder sobrevivir con el dinero de la beca.

La legendaria Cantante Guadalupe Victoria Yolí Raymond “La Lupe”

Puede que cuando sus vecinos la escuchaban hablar de limusinas, fama, lujo y fiestas se miraran cómplices y le siguieran la corriente. Ya está otra vez.

Pero era cierto, durante los sesenta Victoria, La Lupe, también conocida entonces como la reina del soul latino, presumía de poder gastarse los veinte mil dólares que ganaba por concierto en un abrigo de piel.

Mucho antes de la invasión de la salsa estaba ella, La Yiyiyi, deambulando de bar en bar por la calle 53, lugar de encuentro y de intercambio de los inmigrantes latinos en la ciudad de los rascacielos. ‘Busamba’, ‘Boogaloo’, señores.

Eso es lo que sonaba cuando Cuba se acostaba con México o Puerto Rico en el escenario de cualquier club. ¿Salsa? No, todavía no, por favor. Aún era el momento de La Lupe.

Yolí Victoria Raymond “La Lupe”

La Reina del Latin Soul y del boogaloo
“La Yiyiyi”.

Exiliada de Cuba porque su forma de cantar ofendía al coronel, se la disputaron en sus comienzos Mongo Santamaría y el mismísimo Tito Puente, con quien quizás realizara sus grabaciones más interesantes. Desde su primer disco, ‘Con el diablo en el cuerpo’, dejó claro que no iba a ser una cantante cualquiera. Cautivó al público por su extravagante personalidad y su locura.

Chillaba, se estremecía, se tiraba de los pelos, insultaba al público, se reía, rompía su ropa en arrebatos pasionales.

Pero también lloraba y demostraba su increíble técnica cuando le pedían un bolero. Como cantaba vivía. Derrochando y disfrutando de la alegría y la tristeza.

Luego pasó algo. Un sonido nuevo comenzaba poner banda sonora a la rutina diaria de los ghettos inmigrantes.

Un ritmo menos comprometido que permitía la evasión, al menos mientras duraba el baile, a todos los hispanos que malvivían en Estados Unidos.

Celia Cruz, para bien o para mal, regaló la salsa al mundo y enterró en vida a La Lupe.

Celia le arrebató su trono y se encargó de que nadie la recordara.

La fama y el éxito es una guerra y Victoria ya no tenía fuerza para participar en esa batalla. Su vida era un terremoto.

Por aquella época su segundo marido comenzó a desarrollar un cuadro esquizofrenia y ella decidió cuidarla.

Después, poco más se sabe de ella hasta su muerte.

A finales de los 80 se convirtió a la religión evangelista y compuso una serie de canciones que puede que salgan a la luz bajo el nombre de La Samaritana.

Aunque seguramente sus alabanzas a Dios sigan sonando tan cálidas y sensuales como los boleros ‘Orgasmo’ o ‘Puro Teatro’.

La Lupe

El año de su muerte, su amigo Tito Puente y Celia Cruz ofrecían en la Expo ‘92 un convencional concierto de música latina.

Quizás, en algún momento, el percusionista se acordó de cuando tocaba ‘Boogaloo’ con la primera reina latina.

Como la misma Lupe dice en su explosiva versión del ‘Guantanamera’: «Sobre tu tierra divina riega mi voz campesina versos que son como flores, con los más grandes honores de La Yiyiyi, señores».

Facebook: La Lupe

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