Holanda cuenta con el talento de Marco Toro y su Ensamble
La música no conoce de barreras culturales ni lingüísticas. Una prueba de ello es la increíble trayectoria del baterista y percusionista Marco Toro, quien nació en Caracas, Venezuela, y cuyas raíces musicales están incrustadas en los ritmos y cultura de ese país.
Hace unos cinco años, el artista lanzó su último trabajo basado en lo que él conoce como jazz latino, el cual es una mezcla de ritmos y sonidos que transportan a los oyentes a ciertas partes de África y Suramérica.

Este percusionista siempre hace gala de su versatilidad al interactuar con músicos de primer nivel provenientes de todas las latitudes, con quienes ha creado ciertas producciones musicales. Adicional a eso, puede tocar la batería, los timbales, la conga, el bombo, las maracas, entre otros.
Para el año 2004, Toro lanzó su proyecto en solitario al que puso por nombre Marco Toro y su Ensamble, con los que comenzó a incursionar en ritmos como el joropo, la salsa y el rock.
Tuvimos el agrado de conversar con él para conocer más sobre su vida artística de su propia boca.
Tienes una historia musical y personal muy interesante. Quisiéramos conocer un poco más sobre tus inicios ¿Cuándo decidiste que querías dedicarte a esto? ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo musical y qué te inspiró a lograr lo que has logrado hoy en día?
Bueno, mis inicios fueron con mi viejo, que en paz descanse. Con él empecé tocando las maracas. Él cantaba y tocaba el cuatro. Yo cantaba música llanera y en bandas, así como tríos, así como Los Panchos. Cantaba serenatas, era serenatero y más o menos desde los 9 años ha sido la comarca en el bloque allá en Guarenas tocando música llanera con sombrero de pelo de guama y todo, cosa que no me gustaba cuando era pequeño, pero igual me lo ponía y tocaba mi música llanera. Después de allí, empecé a recibir clases de batería como a los 14 o 15 años con amigo baterista llamado Ildemaro y después, en Caracas, también recibí un par de clases con el baterista de la banda Daiquiri en Hemisferio Musical, que era una escuela con tienda de instrumentos musicales en Sabana Grande con un profesor llamado José Matos y, al final, y también recibí clases con Willy Diaz que es un baterista en Caracas e hicimos grabaciones y otras cosas. Luego de allí, yo estaba más incursionado en el rock. Digamos, las conocía mucho sobre la salsa por mi mamá y no sé si la nueva generación lo sabe, pero existía mucho lo que llamamos matiné, donde bailaba salsa y en la casa escuchaba rock. Entonces por allí viene esa mezcla, pero en general siempre me han gustado esos estilos musicales y creo que eso se nota en lo que hago.
En Guarenas había un grupo llamado Estándar y empezamos tocando música original con músicos de Caracas y Guarenas, con los que empezamos a mezclar estos dos estilos. mezclábamos el heavy metal con la música latina y ensayábamos en un estudio en Caño amarillo que estaba dotado de muchos instrumentos latinos como la conga o los timbales y allí empezó toda esa mezcla de lo latino con el rock. Nos empezó a ir muy bien, tanto que grabamos un demo y terminamos tocando con Desorden Público, que en ese momento era una de las mejores bandas.
Tocamos con ellos en Mata de Coco y el poliedro de Caracas. La banda fue agarrando swing hasta que, como todo joven que sueños, llegó un momento en el que sentíamos que debíamos buscar nuevos rumbos y decidimos irnos al viejo continente y traernos nuestros ahorros para acá. Cuando llegamos a Europa, senos abrieron muchas puertas porque ese fue un estilo que no se estaba haciendo en ninguna parte del mundo en aquel momento. Entonces, a través del ministerio de cultura holandés, comenzaron a aparecer los contratos disqueros y tuvimos la oportunidad de tocar en una televisión local.
Mucha gente ni siquiera sabía en dónde quedaba Venezuela, así que nos fue muy bien y empezamos a girar por Europa. em fui un poquito más allá de mis inicios (risas), pero de eso de trata la emoción de hablar.
Una mezcla muy interesante de ritmos sin duda alguna. Nos comentas que habías iniciado un grupo de rock, tomaste clases de salsa y escuchabas mucho rock en casa. De aquí surge lo que se conoce como jazz latino o sambojazz ¿podrías hablarnos un poco sobre esa mezcla tan interesante que has realizado en tu carrera? ¿Cómo tus raíces venezolanas han influido en tu música junto con todo lo que has aprendido en el extranjero?
Las raíces venezolanas siempre han estado en mí. Además, tengo una familia regionalista. Mis padres y mis tíos siempre apostaron por Venezuela, por lo que crecí con esa imagen a pesar de que escuchaba la música extranjera. Gracias a Dios, siempre fui muy abierto a todo tipo de ritmos, pero mis raíces empezaron cuando tocaba aguinaldos y parrandas navideñas y tambores afrovenezolanos en el bloque donde vivía. De paso, yo vivía muy cerca de Curiepe (pueblo venezolano del Estado Miranda en el que los tambores y la música afrocaribeña es muy común). Más de una vez, me iba a las rumbas de Curiepe a celebrar las festividades de San Juan, por lo que esa parte afrovenezolana siempre estuvo muy presente.
Cuando llego a Europa, aumentan mis ganas de querer aprender más sobre los tambores afrovenezolanos y afrocaribeños en general. En Venezuela, los tambores eran un simple hobbies, pero aquí tuvimos que explicar el origen de nuestra música, así que tuvimos que prender muchos más sobre estos instrumentos. Luego de eso, me di cuenta que nuestra música era diferente y muy original para los oídos de otras personas. Cuando se hablaba de música caribeña, solo escuchabas los nombres de Cuba y Brasil, pero las cosas han cambiado debido a que los europeos se han vuelto mucho más abiertos a escuchar nuevos ritmos y la gran cantidad de músicos venezolanos que se han ido y llevando la cultura venezolana a otro nivel. Eso ha hecho que la música venezolana esté más presente y en eso estamos muchos músicos, artistas, pintores bailarines. Cada quien está poniendo su granito de arena.

Muy interesante todo lo que nos has comentado. En ese caso, ¿nos podrás hablar cómo ha sido ese cambio de actitud del europeo hacia todos esos ritmos venezolanos y la visión que tienen del talento latino en comparación a hace unos años?
Uno para entrar, debe hacerlo suavemente. La música venezolana la acepta enseguida, pero piensan que es algo nuevo cuando la oyen. Eso hace que deban prestar un poco más de atención. Es como decir que los vendedores de arepas deben hacerlas mucho más finas para el europeo, ya que no les gusta muy gruesa. Es así, una debe buscarles la vuelta para introducir nuestra música para que la gente la disfrute, pero solo se han logrado armar grupos de música en diciembre y la mayoría de los que van son venezolanos y sus parejas holandesas. Nuestra música no se ha internacionalizado tanto como la sala. Cuando tú vas a un lugar en el que se baila salsa, el grupo puede venir de donde sea y la gente siempre la va a bailar. No hemos logrado que la gente vaya a bailar tambores venezolanos de la misma forma. Solo hemos participado en festivales en los que se toca todo tipo de música, pero ya estamos participando en eso.
Entonces, ahí vamos poco a poco. Lo importante de los músicos venezolanos siempre fuimos influenciados por todo tipo de música afrocaribeña, lo que hace una gran diferencia. Los otros países no tocan nuestra música, lo que hace que marquemos una gran diferencia. Además, siempre hay músicos venezolanos en casi todas las orquestas. Es decir, nos hemos colado poco a poco gracias a nuestra apertura musical y nuestra participación en cualquier género. Por lo menos a mí no me gustan las etiquetas, yo soy músico y si puedo hacer algo en cualquier género lo hago sin ningún problema. No soy de los que toma la salsa o cualquier estilo musical como una religión. Soy muy abierto a a tocas con holandeses, gringos y el que sea. A mí me encanta participar con diferentes nacionalidades porque es allí donde está el aprendizaje.
Interesantísimo todo lo que nos has comentado. Efectivamente, lo que ha hecho tan interesante tu trabajo es todo ese conjunto de mezclas que usas en tu trabajo y que no le tienes miedo a nada. También nos decías que hay que ir adaptando los ritmos para que sean más agradables al oído del europeo ¿Podrías decirnos cómo has hecho que los europeos se interesen por la música criolla y qué arreglos has hecho a nivel instrumental para que sea más agradable a sus oídos la primera que lo escuchan?
Te voy a dar un ejemplo. Yo estoy tocando con un grupo con el que he girado por todo el mundo que se llama Drums United. Con ese grupo, yo incluí los tambores culo e’ puya de Curiepe y tengo un show yo solo tocando ese instrumento ¿Qué es lo que hago yo? Toco ese instrumento primero para que la gente lo oiga y uno de los integrantes va explicándole a la gente cómo suenan estos tambores, de dónde vienen, sus raíces, cómo llegaron allá, entre otras cosas. Luego de tocarlos, yo canto la música más popular con esos tambores de fondo y la gente se engancha enseguida. La forma de canto que yo uso es tan fácil para el europeo que se arman unas rumbas tremendas con esos tambores. También canto con los asistentes y armo mi vacilón con ellos, pienso que es la mejor forma de interactuar con el público cuando no conocen la música. Además, he hecho composiciones en las que no usamos los tambores típicos venezolanos. Usamos un granadero y un redoblante que son conocidos por estos lados. Una de mis composiciones se llama Reina Pepiada y la otra Guasacaca. Cuando salen los temas, la gente pregunta qué significan los nombres y es allí dónde debemos explicar. En mi caso, la música va muy ligada a la comida y con estas explicaciones uno empieza poco a poco a entrar en el interés de los europeos.
En ese caso, ¿nos podrías decir de qué forma la música ha ayudado dar a conocer a Venezuela y otros países de América Latina luego de haber escuchado estos ritmos?
Venezuela se ha dado a conocer por los músicos venezolanos que habemos por estos lados. Cada quien dentro de su estilo lo ha hecho. Aquí vino La India y la acompañamos. Estábamos ensayando sin ella y cuando llega dice que sabe qué hay venezolanos en el equipo y pregunta quiénes son. Éramos seis venezolanos y ella dice que no tiene de qué preocuparse porque sabe que todo saldrá bien. Esa es la explicación de cómo los venezolanos que estamos en Europa y otras partes del mundo se han ganado una fama de disciplina y ponerla cuando hay que ponerla. Eso ha ayudado que se le preste atención a lo que estamos haciendo. por ejemplo, en Nueva York hay un grupo de venezolanos que son un emblema. Te puedo nombrar a Luisito Quintero, Roberto Quintero, Raúl Agrá. Aquí también hay un gentío echándole. Está Orlando Poleo en Francia, Javier Plaza en Alemania. Aquí hay un gentío echándola.
Lo que sí tenemos es una pausa por la pandemia. Yo por lo menos tenía una gira con unos saxofonistas y ya todo eso ha desaparecido por todo este año. Todos estamos esperando a que las cosas se reactiven para seguir dándole. Mientras tanto, yo hice dos temas nuevos que los saqué en momentos de pandemia. Todo el mundo grabando desde la casa mandándonos los archivos. Incluso, Había un tema que lo cantó Marcial Isturiz desde Colombia, me envío los archivos, yo hice las mezclas y le buscamos la vuelta a todo.

En vista de que a todos los artistas les ha tocado reinventarse debido a a toda esta situación ocasionada por el COVID-19, ¿podrías decirnos de qué manera te ha impactado personal y profesionalmente toda esta situación?
Imagínate. Yo venía girando, tocando por todos lados y de repente te cierran la puerta en la cara. Es como que, ¿y ahora qué? No solo para mí, sino para mucha gente esto fue algo sorprendió al mundo y ahora tenemos que aprender a vivir con eso presente ¿Qué más vamos a hacer? Hay que cuidarse y buscarle la vuelta a todo. Ahorita, a pesar de todo yo no me quejo porque he notado que he vendido muchos discos. He mandado discos de aquí a Estados Unidos y otras partes que me están pidiendo. En cierto punto, se eliminaron los shows en vivo, peor la música se sigue vendiendo. Y hay una que otra entrevista por allí y por allá y así nos mantenemos.
En ese caso ¿qué les recomiendas a las nuevas generaciones de músicos?
Yo lo que le recomiendo a las nuevas generaciones es que tengan disciplina. Yo creo que eso es lo más indispensable en mundo de la música y cuando hablo de disciplina me refiero al estudio de tu instrumento, a siempre tratar de ser mejor llegar a tiempo o más temprano cuando tengas un toque o un ensayo. Comunícate si tienes un problema. Todo lo que tenga que ver con disciplina porque yo he visto muchos músicos que son excelentes y que se han caído por no tener disciplina. Entonces estos es primordial.
Entonces, ante esta nueva normalidad, ¿qué consejos podrías darle a estas nuevas generaciones ya que los conciertos masivos van a estar cancelados por un buen tiempo? Ante este nuevo panorama que todos estamos enfrentando, ¿Qué les aconsejarías a todos los que están iniciando en el mundo de la música?
Bueno, que se mantengan positivos y que tenemos un cerebro para inventar. Si se nos cierra una puerta, hay que abrir la otra. Se nos cerró una puerta por aquí, pues abrimos otra por allá. Por muy mala que esté la situación, uno siempre puede inventar cosas. Hay muchos músicos que están haciendo conciertos por internet. Entonces, los tienen su cuenta y si a la gente les gusta su música, les puede depositar algo de dinero. Eso me parece fabuloso. Otras personas están haciendo otro tipo de cosas. Se ponen a tocar enfrente de sus casas y quienes van pasando les pueden dar algo también. Hay muchas cosas que están pasando. entonces., hay que tratar de ser positivo. Cuando una persona se está quejando todo el tiempo, lo que se está llevando negatividad así mismo, entonces eso hace que abrir puertas le cueste más. En mi caso, yo lo que hice fue sacar dos temas nuevos, uno se llama Marco Toro y su Ensamble dejan en i casa, el cual es un parrandón con tambores afro venezolanos y está dedicado a Venezuela. El otro se llama Solo un poco. Tengo un estudio pequeño y desde aquí grabo y mando material a otros lados. Así es como me he defendido y hago mis producciones aquí de la casa.
Mi mensaje ese. Echar para adelante. Cuando vine a Europa, llegué con una maleta pequeña sin saber a dónde ir y mi inglés era tan malo que ni me podía comunicar bien. Me metí y conocí gente. Sin embargo, no he perdido los contactos en Venezuela y voy todos los años. En el 2018, estuve tocando en La Casa del Artista, La Rumba Latina en Guatire y otros lugares más.
Un mensaje final a toda la audiencia de International Salsa Magazine y tus redes sociales.
Mi página www.toro-ensamble.com, me pueden seguir por mi Facebook Marco Toro y su Ensamble y me pueden seguir en Instagram como @Sambojazz
Con mensaje final, debemos mantenernos positivos en que vendrán tiempos mejores y yo estoy seguro de eso. Hay que tener paciencia y cuidarse mucho. Hay que usar el tapaboca y cuidarse mucho porque la cosa no es juego. Sobre todo, hay que cuidar a los mayores.
A los jóvenes les digo que escuchen a los mayores. Escuchen música vieja que es muy importante y después escuchen la moderna porque todo tiene su raíz y empieza desde cierto punto.
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