Vida y carrera
Ernesto Tito García es un director de orquesta y timbalero nicaragüence que ha formado parte de una gran cantidad de agrupaciones musicales que se paseaban de la salsa romántica al mambo y muchos otros géneros latinos.
Este talentosísimo artista está tocando profesionalmente desde el año 1971. Unos años más tarde, formó su primera orquesta llamada Ritmo 74, la cual se encargó de abrir los shows de los más grandes de la música latina de aquel entonces. Tanto Ernesto como sus compañeros destacaban mucho por sus edades y los estilos musicales que usaban en su momento.
Experimentó con el Latin rock durante su juventud hasta que escuchó la salsa por primera vez y quiso dedicarse de lleno a ese género musical. Luego de haber pasado un largo tiempo tocando música romántica, se decidió a experimentar con la salsa dura y añadió su propio estilo a los ritmos tocados por La Orquesta Internacional.
Nuestra conversación
Estamos muy felices de tenerlo en Internacional Salsa Magazine el día de hoy para que nos hable un poco de su vida y su carrera musical.
Mi padre me metió en clases de música. No es que me gustaban mucho, pero me mantenían ocupado y me interesaban. Con esas clases que yo tomaba una vez a la semana, mi oído se abrió y aprendí a leer música, cosa que es muy rara en un timbalero. En 1969, yo tenía 13 años y mi papá estaba pagando por las clases semanales para el acordeón y cuando salió Santana en el octavo grado, yo escuché mi primer timbal y supe que ese iba a ser mi instrumento. Ahí fue donde le dije a mi papá que no gastara dinero porque yo quería tocar timbales. Él era un buen hombre que murió en mis brazos del mismo cáncer que yo padezco actualmente.
En la calle de Broadway, San Francisco fue donde comencé a aprender a tocar timbal. Mi papá me ayudó a comprar mi primer timbal y encontré un conjunto que tocaba Latin rock igual que Santana, en el que me dieron la oportunidad de desarrollar mi técnica. Cuando yo estaba en San Francisco, no escuchaba casi salsa porque esta estaba más presente en la ciudad de Nueva York, pero mi papá compró unos discos recomendados por un amigo que contenían lo último de la salsa. Esa fue la primera vez que escuché salsa y ya yo me encontraba tocando Latin rock con el grupo que ya te comenté. Cuando escuché esa música, encontré a una muchacha que estaba interesada en comprar un piano eléctrico que pertenecía al hermano de mi novia que tenía 15 años en aquel entonces. A partir de allí, formamos nuestra primera orquesta en 1974, a la cual llamamos Ritmo 74. Cuando llegaba música de afuera como Eddie Palmieri, Tito Puente, también llagaba la gente mayor de 40 años, ya que a la gente joven no le gustaba porque la música era muy regimentada y tenía muchas pitoretas (instrumento musical de viento también conocido como clarín).
En la época en la que salió Willie Colón es cuando la orquesta empieza a ganar fama porque éramos los jóvenes de la salsa. Yo tenía 16 o 17 años, mientras que el miembro de mayor edad tenía unos 26 o 27 años. Nosotros teníamos unos agentes y ellos nos daban la oportunidad de abrir los shows de los más grandes de Nueva York como Eddie Palmieri y Willie Colón. En ese entonces, nosotros éramos la única orquesta de nuestra generación que tocaba de esa manera. Fuimos creciendo, pero la cosa es que a mí me gustaba la educación y por alguna razón me di cuenta de que sacaba buenas calificaciones.
Tan pronto comenzamos a crecer en fama aquí en el Área de la Bahía, tenía que dedicarles mucho tiempo a los ensayos, el aprendizaje de nuevas canciones, entre otras cosas. Es por eso que mis notas empezaron a bajar y estaba a punto de graduarme de high school. Los últimos dos años eran los más importantes de la escuela, así que me di cuenta que no iba a poder hacer las dos cosas al mismo tiempo. Entonces decidí dejar la música y yo sabía que la única forma en la que lo podía hacer era vendiendo mis timbales, así que fui a una tienda y me dieron 60 dólares a cambio de ellos.
Subí mis notas, fui aceptado en la Universidad de San Francisco State y el primer año fue increíble, pero conocí otros estudiantes latinos que también tocaban música. Ellos comenzaron a alquilar un cuarto allí mismo en el campus para ensayar, así que no tenía que ir a otro lado. Fue ahí donde fundamos la orquesta Salsa Caliente y tan pronto como nos dimos a conocer a la gente le gustó. Unos dos o tres años después, mis notas empezaron a bajar otra vez, así que volví a dejar la música. Me gradué del State Collegue y fui aceptado en la escuela de optometría en 1985 o 1986. Gracias a ese diploma comencé a trabajar con un doctor salvadoreño muy preparado. Era cirujano y oftalmólogo. Cuando formé mi propia orquesta, yo tenía dos reglas muy sencillas para todos los integrantes. La primera era que cuando tocáramos no podíamos consumir ningún tipo de drogas o alcohol, mientras que la segunda era que teníamos que usar siempre saco y corbata, cosa que ninguna orquesta de jóvenes hacía.
¿Pìensa usted que el mambo el estilo de mambo que su orquesta toca es lo que la hace única o hay otros elementos que destacar?
Primero que todo, cuando formé la orquesta, la salsa romántica estaba de moda al igual que sus exponentes como Eddie Santiago, Tony Vega y muchos más. El problema es que la música era aburrida porque los arreglos eran muy sencillos. En 1996 o 1997 fue cuando escuché a Tito Puente con su orquesta tocando mambo y eso fue lo que me dio la idea de hacer lo mismo con cuatro o cinco pitoretas. Ahí es cuando perdí varios músicos y cantantes porque ellos querían cantar salsa romántica, pero yo ya estaba cansado de eso.
Entonces, empezamos a tocar lo que yo llamé la salsa dura, la cual tenía arreglos de mambo y cantantes que sabían cómo interpretarla. Esa combinación nos llevó a un nuevo nivel. Los que querían cantar salsa romántica formaron su propia orquesta. Julio Bravo era uno de mis artistas favoritos y yo le ayudé con algunos músicos. También estaba mi comadre Denis Corrales, quien formó su orquesta de mujeres. La orquesta lucía muy bien con todas las muchachas, pero no era lo que los bailadores estaban buscando. También está el caso del venezolano Eduardo Herrera cuya voz era increíble y él también se crio con la música salsera, pero no sabía cómo cantar la salsa dura.
¿Usted cree que tener músicos provenientes de tantos países diferentes tiene que ver con el producto final que presentan al público?
Esto no tenía mucha influencia en la música. En ese entonces, nuestra orquesta se llamaba Salsa Dulce. Cuando mi agente se retiró, yo me quedé encargado de la orquesta. Quería que la orquesta tuviese mi nombre en su título, pero no lo quería tan obvio como, por ejemplo, Los Titanes de La Salsa con Tito García o El Gran Combo Con Rafael Ithier. En cuanto a las nacionalidades, el cantante era venezolano, el bajista era francés, el pianista era peruano, el conguero era puertorriqueño, el saxofonista era irlandés y el trombonista era estadounidense al igual que el trompetista. Fue por eso que mi agente me sugirió llamarla Tito García Y Su Orquesta La Internacional. Me gustó tanto como sonó que le coloqué ese nombre a la agrupación.
¿Qué proyectos tiene a futuro?
Te puedo mencionar un disco dedicado a Tito Puente y lo voy a grabar entre San Francisco y Nicaragua. El problema es que su familia tiene los derechos de toda su música y no sé si me darán el permiso para hacerlo. Espero que no vayan a cobrarme mucho por esos derechos. Claro que vamos a generar dinero con el proyecto, pero los costos son mucho más cómodos y negociables en Nicaragua. Esa es una de las razones por las que quiero hacerlo allá.
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