Hay una grandísima cantidad de artistas cubanos que han tenido que luchar contra todas las adversidades económicas que existen en su país, pero estas no han impedido que salgan adelante y cumplan el sueño de vivir de su arte. Uno de ellos es el líder y fundador de la banda Sabor De Mi Cuba, Carlos Medrano, con quien tuvimos el gusto de conversar para este reportaje.
Carlos Medrano nació en la ciudad de La Habana, Cuba, y comenzó a interesarse por la música desde que era muy pequeño. Los primeros instrumentos con los que comienza a experimentar fueron el bongó y la conga, los cuales tuvieron una importancia descomunal en la formación que seguiría el artista hasta convertirse en el profesional de la música que hoy en día es. A continuación, algunos de los temas que tocamos en una larga, pero amena conversación vía Zoom.
Temas tratados con Carlos Medrano
Al momento de relatar cómo fueron sus primeras experiencias con la música, Carlos nos dijo que siempre había estado rodeado de sonidos musicales desde su niñez, que transcurrió entre los barrios de El Vedado y La Habana Vieja.
Cuando vivió en El Vedado, su abuelo solía hacer poesía y declamaciones, mientras que él lo acompañaba con el tambor, pero su contacto más directo con el mundo musical vino cuando vivió en La Habana Vieja, lugar en el que vivían muchos rumberos y músicos reconocidos que siempre estaban tocando por aquellos lados.
Un muy pequeño Carlos siempre veía comparsas y conciertos callejeros desde la ventana de su casa y la gente se les unía haciendo sonidos con campanas, sartenes o cualquier cosa que tuvieran.
‘’Durante la década de los 90’s, Cuba tuvo un boom grande a nivel turístico, lo que derivó en la aparición de numerosos grupos de música tradicional cubana y los cafés y locales de la zona se llenaron de sextetos con músicos de información profesional. Buscaban tocar en estos lugares para recibir propinas de los turistas y lograr oportunidades de viaje y trabajo’’ comentó Carlos.
‘’Yo siempre me fijaba en el trabajo que estos artistas hacían, sobre todo los treseros y los bongoseros. Es así como yo aprendí a tocar el bongó: mirando y escuchando todo lo que los demás hacían. Trataba de imitar los sonidos que hacían con un cubo de metal o cualquier cosa que tuviera en casa para ir aprendiendo’’ continuó.
Formación profesional de Carlos Medrano y limitaciones encontradas
Luego de la secundaria básica, conoció a un amigo de su padre que sería clave en su formación como artista y su nombre es José Antonio Oviedo. Aunque su papá no veía ningún problema en esta fascinación de Carlos por la música, siempre le decía que no dejara los estudios y que tuviese una carrera universitaria.
Cuando empezó a tomar clases con José Antonio, el nivel de rigurosidad era tal que sentía que estaba en una escuela formal. Le enseñó a leer música de una forma que no tenía nada que envidiar a un instituto artístico, cosa por la que Medrano siempre estará muy agradecido.
Adicional a eso, cerca de su casa, hay un sector llamado ‘’Cueva De Humo’’ en el que hay excelentes músicos y rumberos. Fue allí donde Carlos pudo conocer a Juan Ernesto Santana, Ernesto Gatel Coto de Rumberos de Cuba y muchos más. ‘’Tuve la suerte de que le caía bien a la mayoría de la gente y siempre me explicaron todo lo que necesitaba para tocar como debe ser’’ añadió.
Con todos estos conocimientos, llegó un punto en el que decidió dedicarse de lleno al mundo de la música y dejar de lado otras aspiraciones que tenía como estudiar derecho, cosa que fue un shock para su familia en ese entonces.
Es ahí cuando su mentor José Antonio hace los trámites pertinentes para que él pudiera presentar el examen de ingreso a la Escuela de Superación Profesional de Arte “Felix Varela y Morales”, el cual aprobó sin mayores contratiempos gracias a la formación que había tenido hasta ese entonces.
Aunque su ingreso a la institución fue relativamente sencillo, no pasaría mucho tiempo para que Carlos se enfrentara a otro desafío de igual dificultad: conseguir los recursos e instrumentos necesarios para formarse adecuadamente.
‘’Yo no tuve instrumentos propios hasta que comencé a tocar profesionalmente junto al maestro Orlando Sánchez. El primer bongó que tuve fue gracias a amigos de mi padre, quienes colaboraron para que yo fuese teniendo mis cosas, pero eso nunca me limitó’’ dijo el percusionista sobre este tema.
En una época de tantas carencias, evidentemente no era fácil estudiar, pero Carlos siempre buscaba la forma de cumplir con sus actividades, ya fuese reuniendo dinero, pidiendo instrumentos prestados, practicado con otros implementos parecidos, compartir los instrumentos de la escuela con sus compañeros de clase, entre otras cosas.
Grandes inspiraciones y mentores
Una de sus mayores inspiraciones fue su primo Stanley, quien era percusionista profesional. Él siempre le aconsejaba a Carlos que nunca se encasillara en un solo instrumento, sino que siempre aprendiera a tocar de todo un poco para volverse un tipo lo más necesario posible, de manera que los grupos musicales siempre iban a tenerlo en cuenta para sus giras y proyectos.
Otro de los grandes mentores que ha tenido ha sido Ignacio Jarabe, quien le ha enseñado muchos de los mejores ‘’trucos’’ que puede necesitar un percusionista al momento de tocar uno de estos instrumentos. ‘’Aún conservo partituras de solo que él escribió y manuscritos de libros suyos que no se si llegaron a publicarse, pero que siguen siendo importantes fuentes de consulta para mí’’ dijo Carlos sobre Jarabe.
No se puede dejar de mencionar también al percusionista Eliel Lazo, con quien Carlos tuvo una química impresionante desde el inicio. Lazo tenía contacto con los mejores músicos de jazz afrocubano de la época y llegó a viajar a muchísimos lugares ´nicamente gracias a la formación en instrumentos de percusión, cosa que a Medrano le inspiró mucho para seguir sus pasos. Al año de estar estudiando junto a este gran músico, logró presentarse en La Fiesta Del Tambor y llegar de finalista en varias categorías.
Una vez que empieza a tocar profesionalmente, el primero que lo llama es el maestro Orlando Sánchez, quien además de ofrecerle su primera oportunidad formal en el este ámbito, le enseñó a Carlos muchísimas otras cosas que no había aprendido hasta el momento. Lo tiene en un pedestal y le agradece por todo lo aprendido.
A otro que el artista le agradece enormemente es a José Luis Quintana, mejor conocido como Changuito, quien le decía textualmente que ‘’el buen conguero tiene que escuchar a la orquesta. Tienes que ser capaz de oír el piano, el bajo los otros instrumentos. Tienes que buscar tu espacio entre el resto de los músicos’’.
Otra figura importante que no puede quedar por fuera es Yaroldy Abreu, músico que se la pasaba en casa de Carlos para ensayar con él durante horas. Se enfocaron mucho en los recursos técnicos y creativos durante estas clases. Medrano lo considera uno de los mejores percusionistas y músicos del mundo debido a sus amplios conocimientos en cada ámbito de la música.
Sabor De Mi Cuba
Todo empezó con un concurso llamado ‘’Joyas’’ que se especializa en la promoción de jóvenes talentos cubanos que exponen su arte ante un jurado calificador y buscan hacerse con un nombre en la industria.
Carlos tuvo la suerte de que uno de los miembros de dicho jurado le dijese a él y al baterista Pablo Calzado les dijera ‘’ustedes dos se van conmigo’’. El artista estuvo un tiempo trabajando con esta persona, quien lo llevaba a tocar en otras orquestas para que aprendiera de los mejores hasta ir adquiriendo su propio estilo.
Esto ocurre una vez que se muda a Estados Unidos y sigue adquiriendo experiencia junto a otras agrupaciones musicales. Es ahí cuando se da cuenta que quiere hacer las cosas de un modo diferente e involucrarse en otros géneros y ritmos que no hubiera experimentado antes.
Llegó un día en el que un amigo bajista suyo le dijo que, si quería llevar adelante sus ideas originales, tenía que llevarlas a cabo él mismo y no esperar a que otros lo hicieran. Carlos nunca se vio a sí mismo creando su propia agrupación, pero se decidió a empezar a componer su propia música y lo logró.
Entonces, comenzó a escribir, a contactar a grandes amigos suyos arreglistas que le ayudaron a ir armando la idea de lo que quería hacer. Una vez que tuvo un repertorio hecho, le aconsejaron grabar un disco y darle vida a todo lo que había hecho, lo que dio origen a su primer álbum ‘’Sabor De Mi Cuba’’.
La primera canción que escribió en su vida se llamó ‘’La Habana’’ y básicamente se inspiró en todo lo que Carlos vivió en su país y en la nostalgia que siente al no poder estar en su país, recorrer sus calles, salir de fiesta con sus amigos, ir a sus lugares especiales, entre otras cosas. Todo lo que relata allí es su vida en la ciudad que lo vio nacer y la añoranza que a veces siente por poder volver allí.
Su mayor motivación para el disco fue la posibilidad de hacer algo distinto a lo que él veía en la órbita musical que le rodeaba en ese entonces.
Carlos no se ve a sí mismo como un compositor profesional ni mucho menos, ya que siente que aún le falta mucho por aprender en ese ámbito, pero espera llegar al nivel de los artistas que lo inspiraron en su juventud.
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