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40 años de El Trabuco Venezolano. Un Merecido Homenaje a Alberto Naranjo y a sus músicos
Teatro Teresa Carreño. Caracas, Venezuela Agosto 21 al 25, 2017
Colaboración y Fotografías de Lysbeth Weffe
Del 21 al 25 de agosto, en el Teatro Teresa Carreño (TTC), en Caracas, tuvo lugar el Homenaje al maestro Alberto Naranjo por sus 57 años de vida artística, y a la agrupación de su creación El Trabuco Venezolano por sus 40 años de fundada. Con largo tiempo de preparación y mucho cariño de por medio, como decía en el programa de mano y se percibía en el ambiente, el evento contó con la producción general de Franklin Rojas, la Fundación Grupo Madera y la Fundación Teatro Teresa Carreño.

Más que una orquesta, El Trabuco Venezolano ha sido un auténtico movimiento de la salsa venezolana nacido de la iniciativa de Alberto Naranjo, veterano baterista y arreglista que ha paseado el oficio por las más diversas tendencias y escuelas de la música popular del Caribe, contando siempre con el apoyo directo del productor musical, Orlando Montiel(I).
Fue en una conferencia recital que dictaron César Miguel Rondón y Domingo “El Flaco” Álvarez en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en agosto del año 1977, cuando debutó ante el público El TrabucoVenezolano(2).
De inmediato se convirtió en el proyecto musical más acabado e interesante que conociera la ciudad de Caracas hasta ese entonces. Alberto Naranjo lo organizó bajo el concepto de una big band con la idea de desarrollar una propuesta particular que se diferenciara de sus similares en el resto del Caribe, con una sonoridad puente entre la salsa, el jazz, el funk y lo venezolano. Con siete discos editados, dos de ellos en vivo con el grupo Irakere de Cuba, y habiendo pasado más de un centenar de intérpretes por sus filas, El Trabuco, más que un grupo en términos convencionales, ha sido un espacio de descarga y encuentro para los músicos locales, al tiempo que la mejor de las escuelas para muchos de ellos.

Cuenta además entre sus logros, haber motivado el ambiente salsero caraqueño del momento, imponiendo un alto estándar que influyó en la formación de mejores orquestas de salsa, aparte de crear,en definitiva, una marca sonora caraqueña propia(3).
Las actividades de este nutrido homenaje arrancaron el lunes 21 con los conversatorios en el Platillo Protocolar del TTC: «Historia en la salsa de Venezuela» con Franklin Rojas y «Hera & Pablo, el baile de salsa a lo venezolano»; el martes 22, el conversatorio de Cheo Guevara sobre «Alberto Naranjo, y su huella histórica» y el foro «La producción de contenidos salseros en la radio alternativa» moderado por Zulay Millán. Así continuaron durante toda la semana.
Se realizaron varios talleres, entre ellos, «La afinación en la percusión» dictado por Nicolás Monterola y «Percusión latina» a cargo del profesor Frank Márquez. También en el lobby de la planta baja del TTC se presentaron los siguientes conciertos: Caracas Legends Ensamble, con su homenaje a Eddie Palmieri, la Orquesta Salsarría, Grupo Madera, Mundito y su Orquesta La Celestial, The Big Band de San Agustín y la Orquesta Carlín.

El plato fuerte de esta semana de merecido reconocimiento fueron los conciertos del Trabuco Venezolano en la sala Ríos Reyna del 24 y 25 de agosto, presentados por Zulay Millán y José Gregorio Acero.
Aunque con una sala no completamente llena y recordando otras épocas de esplendor de un TTC que recibía a las estrellas del espectáculo de todas partes del mundo, disfrutamos de dos noches de conciertos memorables, sabrosos, animados y didácticos, con un escenario repleto de grandes músicos y un Alberto Naranjo pletórico, recorriéndolo y jugueteando más que dirigiendo a los integrantes de la gran banda. Con lo mejor de los músicos y cantantes más conocidos de Venezuela en el género, con algunos de los miembros originarios de esta agrupación y nuevos valores pudimos deleitarnos en un exquisito derroche de salsa, jazz y funk, de tres horas de duración cada día.
“El maestro iba narrando las historias de los diferentes temas que interpretaban…”

Los músicos integrantes de El Trabuco Venezolano 2017, presentes en los conciertos del 24 y 25 de agosto, fueron: Alberto Lazo (piano), José «Mortadelo» Soto (bajo), William Vásquez (tres), William Mora (tumbadoras), Frank Márquez (timbal), Franklin Rojas (bongó), Hugo Olivero (saxo), Eduardo «Mondy» Dávila (saxo), Manuel Barrios (saxo), Irvin Blanco (saxo), Edwin Ruiz (saxo), Adrián Suárez (trombón), Eliel Rivero (trombón), Pedro Carrero (trombón), Franklin Moreno (trombón), Oscar Mendoza (trombón), Vicente Freijeiro (trompeta), Rafael Rey (trompeta), Gustavo Aranguren (trompeta), José «Cheo» Rodríguez (trompeta), Noel Mijares (trompeta), Edgar «Dolor» Quijada (voz), Troy Purroy (voz), José Luis Peña (voz), Yeci Ramos (voz), Arturo Guaramato (voz).
El maestro iba narrando las historias de los diferentes temas que interpretaban, haciendo referencia a que sus músicos eran escogidos por meritocracia, compartiendo con la audiencia y mandando a callar a alguno en más de una ocasión, en tono jocoso, eso sí. Nos recordaba que no se dedican sólo a la salsa y en algunas piezas donde no cantaban, hizo hincapié en que eran instrumentales y que nos podían servir para que voláramos nuestra imaginación y soñáramos.

La gran experiencia de esta reunión de músicos que ha sido El Trabuco Venezolano se vio reflejada en un repertorio de 13 temas, entre originales, emblemáticos y estrenos, que nos regalaron.
Comenzaron con los temas “Yo Soy La Rumba” (Marcelino Guerra) con la voz solista de Troy Purroy y un solo de timbal de Frank Márquez, “Bravo Rumbero” (José “Cheo” Navarro) cantado por Edgar “Dolor” Quijada, “La Negra Tomasa” (Guillermo Rodríguez Fiffe) en la voz de Arturo Guaramato, “Tres Días”, tema original de Chucho Valdés y cedido a El Trabuco, cantado por José Luís Peña, con la participación de los bailarines Hera y Pablo. A esta altura ya toda la audiencia había entrado en calor, y hasta hubo una pareja del público que bailó en el pasillo desde que el concierto empezó hasta el final, los dos días.
Continuó la noche con la emblemática «Almendra» (Alberto Barroso). Este tema arreglado por Naranjo para Arturo Sandoval hace 46 años, contó con la magistral participación de Noel Mijares -Venezuela Big Band Jazz, Desorden Público- en la trompeta, interactuando con gran complicidad con el maestro. Siguió con un estreno, «Alna’s Mambo» composición instrumental, subliminal tal como la describió Naranjo.

El concierto continuó con «Gongo Blues» (Eduardo Cabrera), tema en el cual se destacan los extraordinarios solos de Eliel Rivero en el trombón, el de Gustavo Aranguren en la trompeta, Manuel Barrios en el saxofón y Alberto Naranjo nos complació tocando el timbal. Siguió con el instrumental «El Ojo del Huracán», un latin jazz combo, que fue escrito a principios de los 70 y todavía suena raro, dijo el maestro Naranjo.
Luego con el tema «Oye como va» (Tito Puente) se prendió la rumba, encendieron las luces de la sala y casi nadie se pudo mantener sin pararse y bailar. En el tema «El Hijo del Sonero» (Ricardo Quintero) cantó Yeci Ramos, en «El Cumaco de San Juan» (Francisco Delfin Pacheco), Arturo Guaramato y en «Compañeros» (Ricardo Quintero), Juan José Conde, estos tres temas fueron acompañados por los tambores del Grupo Madera.
«Imágenes Latinas» (Bernardo Palombo – Andy González), fue el tema escogido como final, una pieza que se ha convertido en objeto de culto entre los melómanos, el público salsero y los amantes del jazz latino, según las palabras del conocedor José Orellán.
Contó con la extraordinaria participación de Adrián Suárez en el solo de trombón y de guarura, y la interpretación del sonero Edgar «Dolor» Quijada.

En el concierto del viernes 25, El Trabuco Venezolano y su creador fueron declarados PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) y el Ministerio del Poder Popular de la Cultura de Venezuela.
Con la esperanza de que esta experiencia se pueda repetir en otros teatros del país y del mundo, felicitamos a los organizadores, a Alberto Naranjo y a los músicos de El Trabuco Venezolano por haber recibido tan merecido reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Nación.
Notas: (1) y (2) El libro de la salsa. Crónica de la música del Caribe urbano. César Miguel Rondón. Ediciones B Venezuela SA., 2007. (3) Tomado de la Exposición Caracas. Ciudad del Son, montaje y textos de Alejandro Calzadilla, en el Centro Cultural La Estancia, perteneciente a la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA La Estancia), septiembre 2017.
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