El cantante puertorriqueño Max Rosado es un ejemplo más de todo lo que los boricuas han logrado y siguen logrando a nivel musical en Estados Unidos, por lo que es para nosotros un gran placer hablar con este fenomenal artista sobre su vida y carrera en las siguientes líneas. A continuación, lo temas más importantes que se trataron en nuestra conversación con Rosado.

Qué le llamó la atención a Max en un primer lugar de la música
Desde que era muy pequeño, Max siempre tuvo un gran amor por la música y esto se debe, en gran medida, a su madre, a quien le guayaba muchísimo la salsa y le inculcó ese gusto a su hijo desde muy joven. A ella le gustaba muchísimo La Fania All Stars, Hector Lavoe y Frankie Ruíz, que fueron practicamente los primeros artistas que Max excuchó en su niñez.
A medida que fue creciendo, también escuchó a otros exponentes de la salsa como Jerry Rivera, Rey Ruíz y Luis Enrique, quienes afianzaron en el joven su gusto por la salsa romántica,que estaba muy de moda en ese entonces.
Desde los seis o siete años, ya Max cantaba esos temas que siempre escuchaba en la radio, pero no vino a tomar clases formales de música sino hasta que cumplió los 17 años, que es cuando se toma sus inclinaciones artísticas mucho más en serio. Es más, a nivel universitario, empezó a involucrarse en conjunto de bomba, plena y salsa, gracias a los cuales logró conocer a Ramón Sánchez, quien es al director musical de Jerry Rivera y arreglista de muchos otros artistas como el mismo Jerry, Frankie Ruíz y Gilberto Santa Rosa.
Inicio profesional en la música
Esa mentoria que recibíó a través de estos conjuntos con los que tocó le ayudó enormemente y su primer contacto profesional con la salsa fue en 2011 junto a Rey Ruíz, para quien trabajó haciendo coros y con Guillermo Calderón, quien le dio la oportunidad de hacer algunas fechas junto a ellos.

También pudo trabajar junto al gran arreglista Tommy Villariny, quien trabajó para el Gran Combo de Puerto Rico. Gilberto Santa Rosa y finalmente su hijo Oscar Villariny. Gracias a ese contacto, Max pudo formar parte de la orquesta Villariny Salsa Project durante algún tiempo.
Todas estas experiencias fueron enseñándole lo necesario sobre el ambiente musical puertorriqueño y los músicos de su tierra. También ha podido mejorar como artista y tener más escuela y trayectoria en el género.
Todo esto también se suma a su formación en la universidad con clases relacionadas al piano, arreglos, improvisación y demás áreas de la música para comprenderla mucho mejor y también a sus cólegas.
La 7th St. Band
Ya para el año 2020, Max tenía pensado formar su propia agrupación y finalmente ser independiente. Cuando se va de Puerto Rico y se muda a Washington DC en el 2018, conoce a personas como Leonardo García, Dominic Patrick Noel y Eduardo Padua, quienes también estaban trabajando en sus propios proyectos y despertaron en el artista la curiosidad de volver a explorar la idea de crear su orquesta.
Es entonces cuando, al año siguiente, debutó con su propio grupo en Cincinnati, específicamente en un evento conocido como Salsa On The Square. Desde esa fecha, finalmente pudo hacer hacer su sueño realidad y cantar en vivo con su propio proyecto, con el que ha podido viajar a diversas cuidades desde aquel entonces.
En cuanto al nombre del grupo, La 7th St. Band, se lo debe al nombre de la calle en la que Max creció en Puerto Rico, pero lo tradujo al inglés para darle ese toque estadounidense que tiene.

Qué ha aprendido Max de los artistas con los que ha trabajado
Así como Max ha trabajado con Jerry Riera y ray Ruíz, También hizo lo propio con Luisito Carrión, Ismael Miranda, Jose Alberto El Canario, Daniela Darcourt, entre muchos otros. Al querer saber qué aprendió de estos grandes nombres en la industria, nos explicó que tiende a observar mucho a otros artistas y su dinámica con el público para aprender bien de cada uno. En el caso de Daniela Darcourt, nos dijo que su talento, don de gente y calidad humana lo sorprendieron gratamente y le encantó haberla podido conocer y trabajar con ella.
Al Trabajar con El Canario, Max notó que era ‘’un maestro de la tarima’’ que tiene un manejo del público excepcional y admirable. Hablando nuevamente de Jerry Rivera, fue un honor para él haber trabajado con ‘’El Niño Bonito’’ de los 90’s cuyos temas siguen coreándose con el mismo sentimiento que hace muchos años atrás.
Algo que Max admira de todos ellos es lo vigentes que han logrado mantenerse todos a lo largo de los años. Él mismo lo nota en sus shows cuando toca algunos de sus icónicos temas y logra que la gente se vuelva loca de la felicidad. Son letras y artistas atemporales a los que Max espera poder pertenecer algún día.

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