Desde siempre, Cuba ha sido una gran cuna de talentos y lo sigue demostrando hasta el sol de hoy. A través de nuestro gran amigo, el tresero cubano Iván Camblor, hemos podido hacer contacto con el talentoso pianista Daniel Amat, quien nos ha revelado algunos de los datos más interesantes en relación con su vida y carrera tanto dentro de su país natal como fuera del mismo.
Cómo Daniel se inicia en la música
Daniel tuvo la fortuna de haber nacido en el seno de una familia musical, empezando por su señor padre a quien se le conocía como ‘‘El Pancho Amat’’ y tenía un gran talento con el tres cubano. Por el lado de su madre, también había varios músicos, por lo que de niño Daniel siempre tuvo contacto con este fascinante mundo, al cual pertenecería unos cuantos años después.
Al aprender a tocar, empezó por la percusión, pero poco a poco, experimentaba con la trompeta y terminó con el piano a partir de los 13 años de edad, ya que lo vió como una mezcla entre el mundo sonoro de la trompeta y el mundo rítmico de la percusión. Este es el instrumento que finalmente lo engancharía y por el cual luego se haría conocido.
Escuela Nacional de Música de La Habana
Daniel era oriundo de un pueblito del campo, donde se podía estudiar música a un nivel básico. Sin embargo, quien quisiera alcanzar un nivel medio tenía que ir La Habana quisiera o no, pero antes había unas pruebas de acceso que los interesados debían tomar una prueba especial para estudiar en la mencionada ciudad.
‘’Una vez que tú pasabas esas pruebas era que asistías a la Escuela Nacional de Arte (ENA), la cual era especialmente para la gente de las provincias de Cuba. Para los habaneros, había una escuela de música exclusiva para ellos. En la ENA, conocí gente de todas partes del país que tocaban todo tipo de géneros, lo cual me ayudó mucho. Estudié con Ulises Hernández, que era un excelente profesor y uno de los mejores concertistas de Cuba’’ dijo Daniel sobre el tema.
También nos comentó que la escuela lo preparó para muchísimas cosas, aunque asegura que la enseñanza nunca es completa, ya que un profesional de cualquier área siempre debe buscar un complemento que añadir a esos conocimientos, el cual viene dado por las experiencias profesionales prácticas. Con la música ocurre lo mismo y el es un gran ejemplo de ello.
Del mismo modo, señaló que lo que aprendió en el conservatorio no lo hubiera podido aprender en la calle y lo que aprendió en la calle no lo hubiera aprendido en el conservatorio, así que el estudio y la práctica se complementan y no son excluyentes el uno del otro.
Inicios profesional de Daniel en Cuba
A la par de sus estudios en el conservatorio en Cuba, también fue ejerciendo la música de forma mucho más profesional tocando en el hotel nacional con charanga y danzones. Asegura que esta experiencia fue muy enriquecedora, ya que tuvo la oportunidad de aprender todo lo que pudo de músicos mayores con una trayectoria inmensa.
De esa época, Daniel destaca su enorme sed de saberlo todo, así que siempre prestaba mucha atención a las anécdotas e historias que sus colegas se contaban. Adicional a eso, le daban muchos consejos sobre cómo tocar y cómo no hacerlo, por lo que es mucho lo que aprendió por aquellos años.
También estuvo con algunas orquestas de música popular cubana y danzón hasta que encontró su propio estilo y lanzó su primer álbum ‘‘El Piano Que Llevo Dentro’’ en el año 2003, que es cuando se puede decir que inicia formalmente su carrera como solista. Es desde entonces que el piano empezó a ser una parte fundamental de su repertorio, aunque nunca abandonó del todo el danzón, el son y el changüi. También añade a sus temas un poco de jazz latino, que siempre fue de su agrado y se basó en lo que hacía Chucho Valdez junto a Iraquere para encontrar el estilo que quería seguir.
Mudanza de Cuba
Cuando Daniel cumple los 24 años de edad es que decide mudarse de Cuba y buscar oportunidades en otras latitudes luego de contraer matrimonio con su actual esposa. Es ahí donde su carrera obviamente toma un nuevo rumbo y aparecen muchas más oportunidades de crecimiento para el joven artista.
Estando ya muy lejos de su tierra natal, empezó a hacer colaboraciones con big bands y sinfónicas, pero siempre tocando y experimentando con los géneros cubanos con los que inició su carrera en primer lugar.
En vista de que ya había viajado con su padre a otros países en años anteriores debido a su trabajo, cosechó muchas amistadoes y creó contactos con mucha gente fuera de Cuba, así que pudo ponerse a trabajar en lo suyo rápidamente y sin muchas dilaciones. Esto hizo que prontamente comenzaran a llamarlo para presentarse en festivales y eventos en Estados Unidos, España y otras partes de Europa.
Gracias a lo anterior, Daniel ha tenido la fortuna de poder laborar siempre en el ramo musical sin necesidad de trabajar en otros oficios complementarios como ha sido el caso de muchos otros músicos cuando emigran de sus respectivos países. Esto le ha permitido enfocarse al cien por ciento en sus proyectos musicales y empezar a impartir clases de música en jazz, jazz latino, fraseo y muchas otras áreas.
Proyectos actuales de Daniel
El pianista se encuentra muy contento ya que pronto va a lanzar una recopilación de sus dos primeros álbumes que se llamará ‘‘Una Parte de Mi’’ en formato vinilo. Para el mismo, contó con la colaboración de su padre ‘‘Pancho’’ Amat, el músico Orlando Valle ‘‘Maraca’’, el maestro Chucho Valdéz, Sixto Llorente ‘‘El Indio’’, su profesor de piano Ulises Hernández, el percusionista Changuito y muchos más.
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