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José Alberto «El Canario» y su Orquesta gozan de gran renombre internacional en el escenario de la música Latina
Su inicio en la música fue como baterista, luego como bongocero, con unos 48 años en la música latina y como sonero, hoy en International Salsa Magazine a través de www.salsagoogle.com , José Alberto Justiniano Andújar, mejor conocido artísticamente como José Alberto El Canario, nació el 22 de diciembre de 1958 en Villa Consuelo en Santo Domingo República Dominicana.
El Canario desde muy joven empezó a tener pasión por la música primero tocando batería, bongó y timbales, a los 7 años de edad su madre Adalgisa, reconocida bailarina de la época dorada de “Radio-Televisión Dominicana”, lo lleva a vivir a la isla del encanto Puerto Rico, al ser bailarina profesional se tenía que presentarse en importantes teatros a nivel internacional.
El Canario empieza a estudiar en un colegio militar Las Antillas, luego en 1970 se muda con su padre a News York, donde empezó a cantar con varias orquestas, recibiendo luego la atención internacional como el líder de la Típica 73 en octubre de 1977, donde ganaba 25 dólares por cada presentación y la reconoce como su universidad en la vida del arte.
Agradece su carrera artística a su compadre Roberto Gerónimo, el cual fue quien lo descubrió como artista y fue su manager por muchos años, destacar que el Canario también llegó a cantar merengue al principio de su mundo por la música.
José Alberto empezó a armar su propia banda en 1983, convirtiéndose en una estrella latina principal después de la grabación de su álbum debut Noches Calientes de 1984.
Él ha cantado éxitos tales como «Sueño Contigo», «Hoy Quiero Confesar», «Te Voy a Saciar de Mi», «A Gozar», «Es Tu Amor», «Quieres Ser Mi Amante», etc. (del álbum Sueño Contigo del año 1988 entre otros tantos.
Grandemente aclamado internacionalmente por su voz única pero más aún por sus improvisaciones, José Alberto ha trabajado con muchos grandes artistas contemporáneos incluyendo a Johnny Rodríguez, Mario Rivera, Nicky Marrero Oscar D’León y Celia Cruz.
Sus grabaciones incluyen muchas que han logrado oro y platino gracias al número de discos vendidos.
José Alberto «El Canario» ha disfrutado del éxito en los Estados Unidos y Europa, pero especialmente a través de Latinoamérica, incluido su país nativo República Dominicana, Puerto Rico, Perú, Venezuela, Panamá, Colombia Ecuador y Costa Rica.
El apelativo de “El canario” le llegó por la “ocurrencia” de un disc-jokey de Nueva York que le bautizó así en una discoteca por su facilidad de improvisar, “Canta canario” fue la consigna que dio por el micrófono de control.
José Alberto ‘El Canario’ y su Orquesta gozan de gran renombre internacional en el escenario de la música Latina.
Su combinación e impecable excelencia musical junto a su irresistible voz, hacen de sus presentaciones personales unas de las más excitantes.
El Canario, ganador en 2005 del “Congo de oro” -premio que se entrega a las mejores agrupaciones musicales presentadas en el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla- y de tres Latin Grammy en 2013, 2015 y 2018 es uno de los artistas indiscutibles de la música latina con unos 48 años de carrera.
A lo largo de su carrera, José Alberto El Canario se ha hecho con el reconocimiento internacional por su voz y estilo únicos, pero según sus biografías también por sus improvisaciones en el escenario.
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Nicky Marrero es innovador, timbalero y bongosero leyenda viviente de nuestra música afrolatina y caribeña
Nicolás Marrero Jr. «Nicky Marrero» nace en el Bronx, New York, un 17 de junio de 1950, de padre y madre puertorriqueños (nacidos en San Germán y Corozal, respectivamente).
Tuvo estudios formales en la batería durante su adolescencia, pero más pudieron los sonidos de Tito Puente y Willie Bobo, sus influencias mayores.
Debuta en la música con un conjunto de escuela superior denominado Orquesta Caribe.
Empero, su primera sesión de grabación lo es a la edad de 15 años con la banda original de otro adolescente nacido en el ’50: Willie Colón.
Curiosamente, para el momento en que se realizan estas sesiones, tres pilares de la Alegre All-Stars, Charlie Palmieri, Louie Ramírez y Kako, estaban presentes en el estudio, y al joven Nicky lo invitan para participar como timbalero.
En 1968 lo recluta Eddie Palmieri, quien para ese entonces y como consecuencia de problemas internos, deshace poco a poco su orquesta original: La Perfecta.
Nicky Marrero llega a la orquesta poco después de grabado el disco «Champagne,” surge el disco «Justicia» (1969), donde, todavía bajo la voz poderosa de Ismael Quintana, aquí Nicky empieza a explorar su propio sonido (escuchen su solo en el tema «My Spiritual Indian»),
La década de los 70’s abre para él con tres eventos importantes: el clásico disco «Vámonos Pa’l Monte» , su participación junto a Patato en el disco «Portrait Of Jennie» de Dizzy Gillespie y el comienzo de su carrera como profesor de percusión, como miembro de la facultad del East Harlem Music School, la escuela de Johnny Colón, legendario pianista y otrora pionero del boogaloo.
En esta institución Nicky le da las primeras lecciones a un niño de 13 años de nombre Jimmy Delgado.Nicky Utiliza por primera vez el snare (redoblante) en «Vámonos Pa’l Monte» y lo introduce a su setup en el tema «La Libertad Lógico,»
En 1972 Nicky es invitado a participar del Festival de Música Afro Americana. 1975 se une a la tropa del Judío Maravilloso, Larry Harlow,luego forma parte de la Orquesta Revelación, dos años con la Orquesta Novel.
De hecho, gracias a su pasantía por la banda de Harlow, Nicky ya era parte del staff de músicos de Fania Records, grabando como timbalero, bongosero y hasta como baterista (una de sus primeras asignaciones para ese sello en calidad de músico de estudio lo fue el disco «Pa’ Bravo Yo» de Justo Betancourt, producido por el propio Harlow en 1972).
En 1973 ocurre su inclusión en la Fania All-Stars, sustituyendo a Orestes Vilató.
Así las cosas, Marrero recibe la invitación de Pacheco, para debutar con ellos en el Yankee Stadium en agosto de ese año. Irónicamente, a pesar de los hechos que separan a Vilató de la orquesta estelar, sigue siendo parte del staff de estudio de Fania, de hecho, Vilató y Marrero cruzan caminos en infinidad de sesiones de varios artistas del sello entre 1973 y 1980, en la mayoría de los casos con Marrero en el timbal y Vilató fungiendo como bongosero.
Sus múltiples sesiones para la Fania (Ismael Miranda, Ismael Quintana, el primer disco como solista de Héctor Lavoe («La Voz»), Justo Betancourt y otros), participa también en «Sun Of Latin Music,» clásico por excelencia de Eddie Palmieri y primer disco en ganar un Grammy en la entonces debutante categoría de «Mejor Álbum Latino.»
Igualmente, lo invitan a participar en la primera de varias sesiones de rock, ésta en específico como percusionista all-around para el grupo Electric Flag: «The Band Kept Playing.» Viaja junto a la Fania al continente africano, más tarde Jerry Masucci consigue un potencialmente lucrativo contrato para la Fania All-Stars con Columbia Records, para efectos discográficos la orquesta se reduce a un sexteto: Pacheco, Barretto, Nicky, Roberto Roena, Bobby Valentin y debutando con la orquesta, Papo Lucca.
Es así como Nicky, sin ser líder de orquesta, no solo se convierte en miembro estelar de la Fania All-Stars, sino también en «artista exclusivo» del sello Fania.
Y como tal aparece en diversos discos de corte no necesariamente latino viaja con la Fania al continente europeo (la primera de varias visitas posteriores) y al Japón. Junto a Harlow, Vilató en el bongó, Eddie «Guagua» Rivera en el bajo, Frankie Rodríguez en las congas, Harry Viggiano en la guitarra y Pablito Rosario en la percusión, graba un disco de descargas para el mercado japonés bajo el curioso nombre grupal de Belmonte («Olé»). [Dicho disco es harto dificil de conseguir.
1977 se integra a la Tipica’73, orquesta a la cual se une poco después de lanzado el disco anterior: «Rumba Caliente,» irónicamente sustituyendo una vez más a Vilató. El disco en cuestión, para el cual Nicky alternó entre su set de timbales y la batería propiamente dicha, lo es «The Two Sides Of Tipica’73,» el disco más progresivo de la banda.
Nicky introduce a su equipo rítmico los toms de la batería (el único componente de la batería que Nicky pasa por alto en su set regular de timbales son los hi-hats).
Inclusive, en ese disco Nicky graba su primer solo de batería en el tema «Yo Bailo De Todo.» Para este entonces, la producción en el sello Fania y sus subsidiarias era agotadora y el boom salsero en Nueva York estaba en pleno apogeo.
Agotadoras giras con la Fania All-Stars, viaja con la Tipica’73 a la Habana, Cuba, siendo la primera vez en 20 años de bloqueo económico y abiertas fricciones políticas que una orquesta latina de Nueva York se presenta en la casa del son, y este es un dato que raras veces se comenta, la visita de Nicky con la Típica y la del propio Orestes Vilató al año siguiente sustituyéndolo con la Fania All-Stars ayudaron a devolverle al timbal y al bongó la importancia que nunca debieron haber perdido en Cuba.
Al dia de hoy,Nicky se mantiene con salud y activo en la música.
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“Tito Puente: Cuando los tambores sueñan” Una biografía del rey de la percusión latina por Josephine Powell
Este mes estamos seguros que tendrás tiempo para disfrutar de una excelente lectura en casa. Por eso te recomendamos este libro de Josephine Powell. Una interesante biografía sobre el legendario Tito Puente, que nos lleva en un recorrido por los más de 60 años en los que actuó.
Más allá de la vida de Tito Puente, puedes conocer su visión de la industria de la música latina. Con muchas anécdotas de sus encuentros, la discriminación racial durante las giras y cómo eso afectó su relación con otros miembros de la banda. También hay numerosas ideas sobre su personalidad, su temperamento y los muchos obstáculos que tuvo que superar para alcanzar el estatus de leyenda.
El libro de Josephine Powell sobre Tito Puente y sus contribuciones a la música y la danza latina es un tesoro de personas, lugares, hechos e historia. Debido al lugar que ocupa la autora en la historia del baile latino, lleva al lector con ella a través de ese fascinante laberinto de cómo artistas como Puente cambiaron la exposición y los gustos del público estadounidense y del mundo. El mundo de Latin Ballroom de hoy refleja cómo adoramos, y luego descuidamos y olvidamos, a las personas que nos hicieron quienes somos. Mencionó muchos personajes fascinantes relacionados con la danza en esta historia que tiene lugar en Nueva York, Los Ángeles, Miami, Catskills y La Habana.
También es una historia muy necesaria de los grandes clubes nocturnos y salones de baile, que son solo vagos recuerdos para los jóvenes, pero que en su momento fueron el caldo de cultivo de la música y el baile latinos. La percusión y la pasión de Tito Puente finalmente cobran vida en un libro fascinante.
Recordar la carrera de Tito Puente con tanta precisión como lo ha hecho Josephine Powell hace que valga la pena leer esta biografía. Tito Puente el hombre y Tito Puente el músico se funden en el tempo de la época en que vivió el hombre musical. Para los jóvenes músicos que buscan el éxito, los comentarios bien escritos de Josephine Powell ofrecen una idea de lo que les espera en la carrera; así que lea la opinión de Powell sobre la vida de Tito Puente y tal vez capte una muestra de cómo usted también puede subir en las listas de éxitos con una pizca de picante en su estilo.
Con más de 100 álbumes, varias nominaciones a los premios Grammy, 7 premios Grammy y el premio Grammy Lifetime Achievement Award otorgado póstumamente en 2003, su huella en el mundo de la música será para siempre el estándar de excelencia que otros buscarán emular.
Josephine Powell asumió la monumental tarea de escribir sobre su vida, el prólogo fue escrito por Tito Puente 2 meses antes de morir.
Debido a su amistad de por vida durante muchas décadas, Josephine fue la única persona que pudo crear este libro. Su talento y pasión sacarán esto a la perfección. Fue un hombre que trajo su música al mundo y puso el Mambo en el mapa.
Este libro nunca podría haberse escrito sin su dedicación y perseverancia y los momentos personales que comparte. Desde el primer capítulo, se puede ver la calidad de su escritura, ya que comienza con los momentos previos a su muerte y continúa durante 16 más, brindándote la historia de la música latina desde sus inicios hasta la música actual. A lo largo de sus muchos archivos de imágenes de su colección privada, sus ojos se abrirán con asombro.
Josie Powell rastrea la evolución de las formas afrocubanas, puertorriqueñas y del jazz desde sus orígenes generalmente reconocidos hasta finales del siglo XX, centrándose en las interacciones de Puente con aliados profesionales y rivales constantes.
Powell documenta eventos musicales como un aficionado a los géneros latinos, evitando casi religiosamente revelar la vida familiar de Puente. Aquellos que aún no nacieron durante las décadas de Big Band o Mambomanía pueden imaginar la atmósfera a partir de pasajes descriptivos de los salones de baile de Manhattan, los salones de baile de La Habana, los clubes nocturnos de Los Ángeles.
Sobre Tito Puente
Ernesto «Tito» Puente nació en 1923 en Spanish Harlem y creció con la llegada de la radio y las bandas americanas de swing. A los 10 años aspiraba a ser bailarín, como Fred Astaire. Una lesión en el tobillo le dio la oportunidad de explorar su talento como músico. A los catorce años ganó el codiciado concurso de tambores Benny Goodman, Gene Krupa. Tito se convirtió en un maestro percusionista. Su instrumento eran los timbales, un par de tambores cilíndricos golpeados con baquetas. Cuando se unió a la dinámica Machito Orchestra a los diecisiete años vio un futuro prometedor, pero el ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 lo llevó a la guerra.
Dirigió una orquesta improvisada que interpretó adorables melodías estadounidenses de la época de la guerra cuando no estaba luchando. Regresó a casa herido, cansado y sin trabajo. La historia de Puente debería haber sido la historia de cada soldado estadounidense que regresa, que se fue a la guerra, volvió a casa con su novia, asistió a la universidad, formó una familia y se estableció en una casa adorable. Las cosas no fueron así. Después de la guerra su obsesión por la música cubana lo llevó a La Habana. Asistía a reuniones secretas de la santería, un culto religioso afrocubano con raíces llenas de misticismo, a menudo denominado magia negra. Con el atractivo del tambor sagrado batá descubrió un mundo de ritmos nunca escuchado por el oído de un hombre blanco. Se encontró dentro del ritmo, y completamente poseído. Pronto Tito se convirtió en un devoto de la santería y utilizó esos patrones y llamadas de tambores, que eran el pilar y la columna vertebral de su música. Hoy esta música hipnótica caliente es conocida mundialmente como Salsa.
Sobre Josefina Powell
La autora Josephine Powell, historiadora de la música, conferencista y consultora en música y baile de salón y música latinoamericana, fue consultora (música, historia y baile) en las películas Salsa, Havana y The Mambo Kings, y sus bandas sonoras; La pista de Mambo Kings recibió una nominación al Grammy. También consultó en dos programas de televisión Golden Eagle; dos documentales de televisión, un baile inaugural presidencial y dos álbumes de discos ganadores de premios Grammy de su mentor Tito Puente. En 1990, obtuvo una estrella para su mentor en el Paseo de la Fama de Hollywood, orquestó su concierto en vivo asociado en el Boulevard y organizó un evento de gala en el Hollywood Roosevelt Hotel, con ejecutivos de la industria musical, productores de cine y celebridades.
La carrera de danza de Powell la llevó al Pacífico Sur, Filipinas, Guam, Hong Kong, Tailandia, donde actuó para la Familia Real, y Vietnam, donde presentó el mambo a las tropas en una revista que ella misma escribió. Bailarín de salón con medalla de oro, Powell fue el compañero de baile de mambo de la costa oeste de Tito Puente y miembro del elenco del espectáculo de Broadway Sketchbook en Las Vegas.
A través de sus giras por el país durante más de una década con espectáculos teatrales y de salón, junto con su trabajo en las industrias discográfica, televisiva y cinematográfica, Powell aprendió diseño de vestuario, escritura, comedia y coreografía. Se presentó en Tropicana, El Rancho Vegas, Flamingo y Nevada Club en Las Vegas; El Hotel Golden y el Hotel Mapes en Reno; The Wagon Wheel en Lake Tahoe y The President Hotel en Atlantic City, entre otros.
Después de que una lesión la obligara a retirarse de la danza, Powell se convirtió en agente de bienes raíces en Beverly Hills, donde se involucró activamente en el trabajo político con celebridades y luego se unió a la organización Les Girls de Connie Stevens. El trabajo y las actividades caritativas de Powell brindaron muchas oportunidades para trabajar con productores, directores, escritores y luminarias de Hollywood.
Powell estudió historia de la música y la danza de salón, etnomusicología, periodismo y español en la UCLA. Un musicólogo destacado regularmente en las estaciones de radio KXLU y KPFK, Powell recibe muchas solicitudes de conferencias y consultas. Ha sido presentadora y jueza en numerosos concursos de baile, incluidos los Premios Feather y el Concurso Nacional de Baile Swing del Abierto de EE. UU. La Biblioteca Genealógica del Templo Mormón en Los Ángeles la ha convertido en su profesora experta en registros marítimos coloniales franceses. Desde 1986 ha realizado diez viajes de investigación y estudio a La Habana, donde es consultora curatorial del Museo Nacional de la Música Cubana.
Con información de: https://josephinepowell.com
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Cinco artistas latino – caribeños que triunfan en Canadá
Canadá es otro de los países que se ha visto influido por la llegada de la música latina. Sus inicios se atribuyen a la inmigración de latino americanos a sus tierras.
Al compartir fronteras, Estados Unidos y Canadá suelen tener similitudes en el campo musical. En los años 90, la música latina estaba presente en Canadá. Sin embargo, ya eran conocidos cantantes de pop español como Julio Iglesias y Gloria Estefan, así como Lydia Mendoza, intérprete de música tejana.
Que los latinoamericanos iniciaran una especie de raíces latinas, permitiendo que la música latina gane más terreno en suelo canadiense. Cantantes como Celia Cruz, Willie Colón y Rubén González hicieron sonar sus canciones en Canadá. Sin embargo, los inicios de la música latina en el país se atribuyen a Ferdinand Morton, conocido en el ámbito artístico como Jelly Roll Morton, pianista de jazz estadounidense.
A partir de 1999, la música latina tuvo un mayor crecimiento, comenzando a escucharse en estaciones de radio, eventos, festivales y televisoras nacionales. Para esa época ya se escuchaban cantantes como Ricky Martin en otras partes del mundo.
Selena, Buena Vista Social Club y Jennifer López. Llegar a tierras canadienses no fue la excepción. De hecho, el álbum de Buena Vista Social Club rompió un récord al convertirse en el álbum latino más vendido en Canadá.
Sorprendentemente, los artistas canadienses también quedaron cautivados por las bondades de los países hispanos, por el sabor caribeño y la calidez de su gente. Nelly Furtado, cantante, compositora y productora nacida en Canadá se inspiró en la isla de Cuba para su disco “Mi Plan”. Furtado grabó el que sería su cuarto disco íntegramente en español. Contó con la participación de reconocidos artistas latinos como Juan Luis Guerra, Alejandro Fernández y la latinoamericana Julieta Venegas.
“Creo que este álbum tiene varias de mis primeras canciones de amor verdadero. No son complicadas. No fueron demasiado pensadas y descubrí que es liberador poder cantar en un idioma latino y expresar mi alma latina”, dijo. .
Mi Plan obtuvo grandes méritos y se posicionó como el álbum en español con mayores números de ventas registrado por un cantante canadiense. Sin duda, un lugar idóneo para muchos músicos latinos de nacimiento o ascendencia que han querido probar suerte fuera de sus fronteras. Algunos lo han logrado y hoy se encuentran entre los más queridos de Canadá.
Algunos representantes de la música latina en Canadá
Hilario Duran, Cuba
Hilario nació en La Habana en 1953. Se mudó a Canadá a finales de los 90, luego de recorrer el mundo con su banda “Perspectiva”. Es un famoso pianista de jazz que se enamoró de Canadá y decidió vivir en sus calles. Integró la banda de jazz afrocubano “Spirit of Havana” perteneciente a Jane Bunnet, una canadiense amante de la cultura cubana. De hecho, Bunnet viaja regularmente a La Habana para tocar con músicos cubanos.
Hilario Durán se ha dado a conocer en Canadá y otras partes del mundo gracias a su orquesta (Big Band), donde junto a su amigo Roberto Occhipinti, músico canadiense, reúnen a músicos cubanos y canadienses. Dejando en alto el jazz latino. En 2007 fue nominado a un Grammy por su disco «Desde el corazón», junto a Roberto D’Rivera. Además, obtuvo tres Premios Juno y diferentes reconocimientos en Canadá.
Amanda Martínez, México
Amanda Martínez nació en Toronto, Canadá con sangre latina. Su padre es mexicano. Martínez estudió biología y administración de empresas pero decidió tomar un rumbo en su vida y dedicarse a lo que realmente amaba: la música. La artista no se equivocó en su decisión. Ha dejado en alto sus raíces incursionando en el jazz latino. En 2007 y luego en 2009 fue nominada al premio Artista de Jazz Latino del Año en los Premios Nacionales de Jazz de Canadá. Tiene tres álbumes en su haber y su primer álbum «Sola» ganó el premio a la Mejor Música del Mundo, vendiendo alrededor de 6.000 copias.
Martínez ha actuado en escenarios famosos y eventos de renombre; cantó en el Winter Garden Theatre, en el Koerner Hall de Toronto, en el Festival Centro Histórico de México, en el Montreal Jazz Festival
Oguere, Cuba
Alias Edrei Riveri, es un cantautor cubano que reside en Canadá. Se ha hecho famoso por sus fusiones musicales. Se pasea por el rap, el hip hop, el jazz y la chacuba. Una mezcla de cha-cha y rap. Está registrado como la primera mezcla entre ambos estilos.
Ogguere tiene dos discos en solitario, “Solar” lanzado en 2011 y que le valió dos nominaciones al premio Cubadisco y “Raíces”. Se mudó a Toronto en 2010 y desde entonces se ha convertido en una referencia inmediata en el jazz y el hip hop.
Natasha Roldán, Colombia
Nacida en Colombia y radicada en Toronto, Canadá, Natasha Roldán rompe con los estereotipos en el ámbito musical. Camina entre el jazz y la bossa.
El artista tiene una tez clara y ojos muy claros. Por lo que cualquiera creería, ella es una cantante nativa de Canadá. Sin embargo, sus raíces colombianas son profundas en su carrera.
Para Natasha es importante que los límites musicales se derrumben. Promueve la música latina libre de patrones.
“Creo que sobre todo rompo muchos estereotipos porque la gente en Canadá siempre que piensa en música latina la identifica directamente con la salsa o la bachata. Bueno, y ahora reguetonero (risas). Y todo va ligado a una imagen súper sexy de la latina, que viste espectacular y claramente Yo no soy así. Por eso es muy gratificante compartir otro tipo de música que la gente no conoce como el bambuco, la cumbia, la zamba argentina, la música brasileña aparte de la bossa nova… y siempre que hablo con alguien y descubren que siempre soy colombiano. pregúntame por qué no toco esa música o no bailo esto. De repente rompo con el estereotipo pero no porque sea un mal estereotipo sino porque hay que mostrar otras cosas también”, expresó en entrevista para el portal Hispano Phone.
Su música ha permitido a muchos canadienses tener acceso a la cultura latina y experimentar sonidos con diferentes influencias.
Henry Vivel, Colombia
Henry nació en Colombia pero se mudó a Nueva York y luego a Toronto. En Nueva York tuvo la oportunidad de estudiar música con Enrique Gil, músico y compositor. Tras su llegada a Toronto, trabajó en Sky’s Banda, grupo que actuaba en bodas y diferentes eventos. Cantaba música latina.
En 2009 se convirtió en el líder de la Tropicanada Orquesta. Orquesta Latina Pionera en Toronto. Han participado en diferentes festivales de salsa y estaciones de radio. Henry y la banda también han sido parte de diferentes organizaciones benéficas en Canadá y otros países. De igual manera, Henry se ha sumado a causas sociales por la inclusión de inmigrantes, les ha enseñado inglés y parte de la cultura canadiense.
En 2013 fue nominado a los premios Oye y a los 10 latinos más influyentes de Canadá. La cantante está muy contenta con el cariño del público canadiense.
“La química es muy buena, especialmente con aquellos que no entienden mis canciones en español, lo que hace que las barreras del idioma se disuelvan para divertirse, bailar y pasar un buen rato. Con la orquesta he podido ser testigo de cómo la gente disfruta de la belleza de la música latina y me hace muy feliz ser un colombiano que le canta a los canadienses y que pone nuestras raíces musicales”, comentó
Toronto ha sido una ciudad con gran influencia latina. Canadá ha recibido mezclas de diferentes culturas y han formado una variedad de estilos que disfrutan locales y visitantes. Ha sido uno de los países que recibe a los músicos extranjeros como parte de una gran familia y les da la oportunidad de presentar su trabajo. Tienen un gran cariño por la música caribeña.