El exclusivo Club Tropicoro del Fairmont El San Juan Hotel, de Isla Verde se desbordó para darle la bienvenida al polifacético músico cubano Alain Pérez, quien se presentó en Puerto Rico por primera vez en solitario. Antes del concierto bailable, celebrado en suelo boricua, que cerró la primera gira de Alain en calidad de solista por Estados Unidos, este se presentó en Nueva York, Los Ángeles, Miami y Tampa.

Para abrir el concierto, el concepto Cubanísimo, liderado por el bajista y cuatrista puertorriqueño Jesús Algarín, llevó a la concurrencia a entrar en ambiente. El joven músico caminó con paso firme acompañándose de la contundente interpretación de sus instrumentos, dirigiendo con seguridad su propia orquesta. Previo al show de Alain Pérez, los músicos de Cubanísimo -el cuatrista, cantante y director Jesús Algarín, el trompetista Miguel Ortiz, los vocalistas Carmen Jiménez y Gilberto Félix, el bajista Félix Juan Algarín, el bongosero Freddy Camacho, el tumbador Jeren Guzmán y el flautista Juan Ortiz- dieron vida a ‘El yerbero moderno’, ‘Esa niña’, ‘El bodeguero’, ‘La rosa oriental’, ‘El paralítico’, ‘Así fue’, ‘Parampampam’, ‘Lo que fue no será’, ‘Que te pedí’ y ‘El cuarto de Tula’. Una vez los músicos, dirigidos por Algarín, culminaron su intervención Alain Pérez hizo su entrada triunfal.
El cantante, bajista, guitarrista, percusionista, pianista, director de orquesta, arreglista y productor musical había estado en Puerto Rico en un puñado de ocasiones como músico de acompañamiento de artistas de la talla de Issac Delgado y de Chucho Valdés, por mencionar algunos. Claro que esta vez llegó en calidad de solista y con contundencia, a ritmo de ‘El cuento de la buena pipa’. Ya en escena el guajiro, que confesó en entrevista haberse «convertido al flamenco», demostró sentirse en casa mientras cantó, bailó, guarachó, tocó el bajo, soneó y rumbeó. Una vez Alain y su orquesta calentaron el lujoso recinto, que lucía desbordado de público, el virtuoso multiinstrumentista interpretó temas como ‘ADN’, ‘El sabor de mi rumba’, ‘Amor fugaz’, ‘Son con moña’, ‘Hablando con Juana’, ‘Shorcito’, ‘Modo avión’, ‘Batilongo’, ‘La lámpara’, ‘Pa’ to’ la vida’, ‘La moneda’, el tema que le da título a su más reciente producción: ‘Bingo’, ‘Andaba solo’ -a dúo con El Caballero de la Salsa, Gilberto Santa Rosa- y ‘Pistolero’, este último solicitado a gritos por la elegante concurrencia.

Gilberto se unió a Alain para cantar a dúo ‘Andaba solo’, no sin antes darle la «bienvenida a esta bestia de la música, con quien tuve la oportunidad de grabar y a quien tuve la oportunidad de conocer en persona hace poco», haciendo la salvedad de que musicalmente ya lo conocía, añadiendo que cantarían «sin ensayo, pero con cariño».
Durante el show, el músico que se autodefine como guajiro, sonero, guarachero y rumbero, entregó fusiones características de la gran contribución de Alain a la música latina, dentro de las vertientes afrocubanas influenciadas por su exposición al folklor hispano. Pérez fue construyendo el espectáculo, valiéndose de un repertorio variado, que incluyó salsa, timba, son y bolero en interesantes fusiones. Acompañándose de su agrupación -compuesta por Mauro Cabrejas, Josué Puig, Roberto Medina, Víctor Oliva, Alejandro Sosa, Robelis Arévalo, Julio Puig, Yunnier Stoker, Cristhian Díaz, Darío Andrés, Alejandro Fernández e Isaac Cambar- Alain Pérez cumplió con lo que prometió: «una noche llena de sabor, ritmo y energía caribeña».

Desde que Alain dio por iniciado el bailable, la energía no mermó. El público conectó con el artista y con el ser humano, quien visiblemente emocionado agradeció en repetidas ocasiones «por el cariño recibido y la nobleza percibida», agregando que desde que pisó suelo boricua ha «sentido mucha paz» y que va a tener que comprarse «un ranchito aquí».
Con la función de Puerto Rico, Alain cerró con éxito rotundo su primera gira en solitario por Estados Unidos. Esa era la idea. Acá en Borinquen bella, el público -a la vez que es exigente- se asegura de que el artista sienta el amor y el respeto con el que se le recibe y se le celebra. ¡Enhorabuena!

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