La orquesta de Pete Perignon dio por iniciado el concierto de Aymée Nuviola, titulado Corazón Sonero, interpretando una contundente introducción de jazz latino. Durante el primer minuto, la melodía instrumental se fue acomodando en clave de salsa, dando entrada a las voces de Lorna Marcano y de Ricely Colón, quienes coreaban: «Yo te invito a bailar y a gozar con Aymée, la sonera del mundo». La dupla de coristas compuesta por Marcano y Colón preparó el teatro para la entrada triunfal de la voz de La Sonera del Mundo.

Al subir el telón del histórico Teatro Alejandro Tapia y Rivera, de El Viejo San Juan, el diseño del escenario de José “Quenepo” Ramos Vega, que dejaba a la vista dos cenefas de tela transparente sostenidas en el medio por una imponente estrella blanca, llamó la atención del público. El rojo del triángulo de la bandera cubana estaba representado por el colgadizo desplegado a la izquierda de la estrella, mientras que el paño representativo de la bandera puertorriqueña se sostenía a la mano derecha de la misma estrella. La inspiración del diseño demuestra que las banderas cubana y puertorriqueña son gemelas fraternas.
La lírica inicial que resonó en el teatro, que se encontraba lleno a capacidad, con la potencia vocal de Aymée Nuviola rezaba: «Un poco de salsa buena, un poco de salsa pura, para que la gente nueva, conozca nuestra cultura». De ahí en adelante, la música obedeció el comando de Nuviola, cantando: «Deja que la clave se meta en el cuerpo, deja que la conga y el bongó te muevan el suelo». Ciertamente, tres horas más tarde seguíamos dejando que la entrega escénica del equipo musical continuara moviéndonos el suelo. Pete dirigió con maestría a: Jean Carlos Camuñas en las tumbadoras, Carlos Pagán en el bongó, campana, güiro y maracas, Miguel Camilo en el piano, Jorge Rivera en el bajo, Pedro Marcano y Víctor Ambert en las trompetas, César Ayala y Léster Pérez en los trombones y Saviel Cartagena en los saxos tenor y soprano.
A diez minutos de haber comenzado la música bajo la dirección del líder de la generación del presente, como se le conoce en suelo boricua al timbalero Pete Perignon, Aymée saludó a la concurrencia con un sentido: «¡Buenas noches, Puerto Rico!» Agradeció a los asistentes de manera cándida por acompañarla, mientras hacía chistes sobre lo pesado de su vestido al tiempo que se acomodaba el vuelo y las alas de las mangas con elegancia. Además, comentó sobre el diseño del teatro, inaugurado en 1832.

Esa primera conversación con la concurrencia le sirvió para conectar con un: «somos sobrevivientes», en clara referencia a la pandemia del COVID-19, poco antes de citar a Celia Cruz diciendo: «Como muy bien dijo Celia: “Gracias Puerto Rico, por prestarme tu bandera”.» También reconoció al actor Willy Denton, quien representó a Pedro Knight cuando Aymée personificó a Celia Cruz en la telenovela Celia y quien se encontraba entre los presentes.
Nuviola hizo alarde de haber llegado al quinto piso, mientras recontaba que ella iba a grabar su versión de ‘El ratón’ con Cheo Feliciano, cuya inesperada muerte frustró la tan esperada colaboración. Sin embargo, Aymée decidió grabarlo de todas formas, para con ello ofrecerle un homenaje al Señor Sentimiento. El repertorio de la tarde incluyó: ‘Un poco de salsa’, ‘Salsa con timba’, ‘Yo sé que es mentira’, ‘El ratón’, ‘La tierra del olvido’ y ‘La gota fría’.
Muchos recuerdan a Aymée por su personaje de Celia Cruz en una interpretación actoral que marcó “un antes y un después” en la carrera de la cantante. Así lo reconoció la también actriz, poco antes de homenajear a Celia, con sus versiones de ‘Cúcala’ y de ‘Quimbara’, además de interpretar un popurrí de algunas canciones con las que Celia se coronó como la Reina de La Salsa. El medley incluyó ‘Toro mata’ y ‘Bemba colorá’, entre otras.
El concierto incluyó una parte de bohemia durante la que Aymée se acompañó del piano clásico para compartirnos su pasión por el filin. El repertorio seleccionado fue: ‘Obsesión’, ‘Bésame mucho’, ‘Me faltabas tú’, ‘Perfidia’ y ‘Lágrimas negras’.
Antes de interpretar ‘El espacio’, de su autoría, y acompañándose de Miguel Camilo al piano, Aymée contó que el tema fue inspirado en «un esqueleto ajeno», según lo describió la también compositora. Aymée enfatizó que ‘El espacio’ no está dedicado a su esposo. Entre chistes y carcajadas, la sonera compartió con los allí presentes su historia de amor con Paulo Simeón, al tiempo que reconocía la presencia de Fabio Díaz Vilela, quien era el dueño del lugar en el que se conocieron los hoy esposos desde hace más de 14 años. Aymée le expresó su agradecimiento a Fabio, por también haber sido un gran apoyo para la carrera de la también productora, «desde el día uno».

El clímax del concierto llegó mientras la sonera despegaba ‘El cuarto de Tula’, Gilberto Santa Rosa –quien estaba entre los asistentes- subió a tarima para a dúo con Aymée, entre soneo y soneo describir el alcance del talento de la cubana que le entregó su corazón sonero a Puerto Rico. El Caballero de la Salsa pudo también pregonarle a La Sonera del Mundo la fascinación que el público puertorriqueño le tiene. Por su parte, los soneos de Aymée le expresaron a Gilberto la admiración que esta le tiene por ser «un gran maestro».
El repertorio de esta última fracción incluyó los temas ‘Fiesta’ y ‘El manisero’, que incorporó correspondencias entre la cantante y el pianista. La coda de ‘El manisero’ coincidió con el cierre del telón, al tiempo que el público pedía a gritos: «otra, otra, otra». La ñapa le correspondió a ‘Chan chan’, tema incluido en el álbum que le ganó a Nuviola un Grammy por su producción A Journey through Cuban Music. La interpretación estuvo salpicada de la fuerza que trajeron las trompetas de Pedro Marcano y de Víctor Ambert, junto a los trombones a cargo de César Javier Ayala y de Léster Pérez. ‘Chan Chan’ anunció la despedida con la que el enérgico «Dios bendiga a Puerto Rico» de parte de Aymée Nuviola resonó al bajar el telón de su primer concierto en suelo boricua, en solitario. Por mi parte, le reciproco: «Dios bendiga a Aymée Nuviola y a su equipo de trabajo (incluyendo a Paulo Simeón y a Luis Solís)».
Aquí en la Isla del Encanto quedamos complacidos sabiendo que Corazón Sonero ha consolidado a esta artista de alta gama, a quien ya la consideramos nuestra.
Imágenes: Conrado Pastrano
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